Anexo Documental
Línea 2 - Análisis de la situación industrial
- Estado de la técnica y el negocio en España y Andalucía
- Fortalezas y debilidades para España y Andalucía
- Diagnóstico y recomendaciones
Estado de la técnica y el negocio en España y Andalucía
En el caso español, se considera que existe un mayor desfase entre el desarrollo de tecnología y la aceptación por parte de la industria que en otros países europeos. Por ello es mucho más importante para nuestro país mantener las inversiones en la adopción y difusión de nuevas tecnologías.
Una de las razones de la falta de liderazgo europeo en cuanto a las TFE se deriva de que los productos basados en estas requieren de unas inversiones muy elevadas que, unido al insuficiente acceso a financiación privada (por ejemplo, Capital - Riesgo), hace que muchas innovaciones no lleguen nunca al mercado. Por ello, se considera que el fomento de la contratación pública - precomercial debe ser un instrumento de apoyo a las TFE. Otras medidas de apoyo, sin que constituyan ayudas estatales directas, podrían ser la existencia de medidas fiscales específicas o la creación y promoción de instrumentos eficaces de formación en las disciplinas de las TFE. En este último aspecto, igual que ya existe a día de hoy una separación significativa entre la demanda y la oferta educativa y profesional en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, debe abordarse la creación de una formación aplicada en estas tecnologías.
Asumiendo que puedan superarse las dificultades en cuanto a investigación tecnológica y el apoyo a actividades de demostración, no deben dejarse de lado los aspectos relacionados con la mejorable competitividad europea/española en cuanto a actividades de fabricación.
España, y por consiguiente Andalucía al margen de algunos casos particulares, no cuentan con una posición de referencia en lo que a la capacidad científica, empresarial o industrial se refiere en materia de micro-nanoelectrónica, nanotecnologías y nanomateriales.
En relación a la micro-nanoelectrónica, a nivel europeo las principales capacidades residen en Francia, Alemania, Irlanda, Austria, Países Bajos e Italia. En estos países, destacan 4 clústeres principales en Dresden, Grenoble, Dublín y el combinado entre Bélgica y los Países Bajos, con algunos pequeños núcleos adicionales de expertise en Villach, Catania, Agrate, Regensburg, Erlangen y Munich.
En lo relativo al ámbito nacional, se cuenta con relevantes capacidades científicas lideradas por el CSIC a través de sus tres sedes (Barcelona,
Madrid y Sevilla) del Centro Nacional de Microelectrónica complementadas con algunas capacidades universitarias.
A nivel industrial, en España las empresas dedicadas a la micro-nanoelectrónica suelen ser spin-offs surgidas del conocimiento generado en las Universidades o Institutos Tecnológicos de referencia. Según Ametic (2.5), en España se cuenta con 442 empresas dentro del subsector de componentes electrónicos, que suponen un 1,8% del total de empresas TIC, y dentro de las cuales se incluye un número no identificado de empresas dedicadas a la fabricación de componentes electrónicos y/o circuitos impresos ensamblados.
Geográficamente, 29 empresas, el 6,6% del total, son empresas andaluzas. Las comunidades que cuentan con un mayor volumen de empresas en este subsector son Cataluña, Madrid y País Vasco.
Por otro lado, una estimación basada en el porcentaje de facturación del segmento de semiconductores (2.6) (que es del 9,65% sobre el total del subsector) indicaría que, en España, contamos con alrededor de 42 empresas dedicadas al desarrollo de semiconductores.
Concretamente, en lo que se refiere a Andalucía, han sido identificadas un reducido número de empresas con actividad directa en el ámbito de la micro-nanoelectrónica:
- AnaFocus: desarrolla sensores de imagen y visión para aplicaciones industriales, científicas, médicas o de vigilancia.
- Epcos: empresa que desarrolla componentes electrónicos, módulos y sistemas para los sectores TIC, automoción, electrónica industrial y de consumo.
- Alter Technology: proporciona servicios de ingeniería, test y adquisición de componentes eléctricos, electrónicos y electromecánicos para sectores de alta fiabilidad como el del aeroespacial.
- Elcan Optical Technologies: una división de Raytheon Network Centric Systems, proporciona sistemas y componentes electrónicos de alta fiabilidad para aplicaciones comerciales de alto impacto o defensa.
- Seven Solutions: es una compañía de base tecnológica especializada en el diseño de sistemas empotrados y aceleración de aplicaciones con hardware dedicado, desarrollan sistemas de control, sistemas de visión artificial y sistemas robóticos a medida.
- También existen un grupo de empresas como Adevice, Ihman, Noxium, Wellness Telecom o algunas divisiones dentro del grupo Abengoa que desarrollan sistemas electrónicos.
Los datos anteriores muestran que España, y concretamente Andalucía, no pueden considerarse un país o una región con capacidad de liderazgo industrial en el ámbito de la micro-nano electrónica. Sin embargo, sí cuenta con centros de generación de conocimiento de cierta relevancia e industria asociada a los principales sectores de aplicación de los productos de semiconductores.
Esto no significa que, en línea con las recomendaciones aportadas en la Comunicación Europea sobre Estrategia para las TFE (2.2), España no pueda definir su nicho tecnológico particular dentro de las cadenas de valor europeas en relación con la electrónica. Por ejemplo, aprovechando las capacidades generadas por el clúster PEC4 de electrónica impresa.
En relación a la fotónica, a nivel europeo (2.7), las capacidades residen, por orden del número de empresas, en Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Suecia, Bélgica, España, Suiza, Dinamarca, Austria, Finlandia, República Checa, Irlanda, Polonia y Grecia. Como en el caso de la micro-nanoelectrónica, el tejido industrial en el área de la fotónica se encuentra en pymes altamente tecnológicas en su mayoría spin-offs derivadas de los grupos de investigación de referencia.
En España se cuenta con 32 instituciones de investigación y 45 empresas apoyadas por una organización nacional con sede en la provincia de Barcelona y un clúster regional radicado en Valencia (2.7).
Estos datos muestran que España se encuentra en una posición media en cuanto a capacidad investigadora y capacidad empresarial en el ámbito de la fotónica y podría asumir cierta capacidad de liderazgo tecnológico en el sector.
Analizando el caso andaluz, se han identificado las siguientes empresas con actividad en alguno de los diferentes ámbitos de la fotónica:
- Abengoa Solar: controla la mayoría de la
empresa Rioglass, dedicada a la fabricación de espejos parabólicos para proyectos de
generación de energía mediante tecnología termosolar. - Magtel: además de ofrecer soluciones llave en mano en cableado estructurado y fibra óptica, también es un operador neutro de redes urbanas e interurbanas de fibra óptica.
- Elcan Optical Technologies: división de Raytheon Network Centric Systems, también está especializada en el diseño y fabricación de complejos sistemas electro-ópticos para los mercados de automoción, comunicaciones ópticas y defensa.
- Unilaser: es una empresa de procesos avanzados de Láser, realizando Soldadura Láser y Corte Láser, texturizado y grabado.
- Uniled: empresa que desarrolla productos es-
pecíficos con tecnología LED de muy bajo consumo bajo el concepto de la iluminación electrónica inteligente.
Esta reducida lista de empresas andaluzas en el sector de la fotónica muestra que el liderazgo español se encuentra en otras regiones y Andalucía, si bien cuenta con algunas empresas relevantes, no cuenta con una masa crítica de empresas en los diferentes ámbitos de la fotónica.
Respecto a la nanotecnología, a escala europea, destacan países como Dinamarca, Holanda, Francia, Alemania y Reino Unido, con gran número de patentes generadas y con un incipiente sector empresarial. Actualmente, nuestro país cuenta con un escaso número de empresas (2.7) cuya actividad principal es la nanotecnología, alrededor de 80, y 300 entidades con actividad de investigación en este campo, todas ellas bastantes dispersas por toda la geografía nacional, no pudiendo localizarse regiones de conocimiento de especial relevancia, salvo quizá la Comunidad de Madrid. En Andalucía, puede estimarse una presencia aproximada del 10% del tejido productivo nacional (2.7).
En cuanto a la biotecnología industrial, según el Informe Asebio (2.11), el sector biotecnológico español ha continuado creciendo en número de empresas durante 2010 a pesar de la crisis económica. El tamaño de la bioindustria nacional se ha incrementado hasta 1.715 empresas, de las cuales 617 se dedican de forma exclusiva al desarrollo de biotecnologías. Esto significa que la capacidad tecnológica del sector aumenta de forma sostenida y que la biotecnología, como palanca de competitividad e innovación para la economía española, ha duplicado su protagonismo en los últimos años. Se trata de un sector intensivo en conocimiento cuyo gasto en I+D alcanzó los 568 millones en 2010 y cuyo impacto en el empleo altamente cualificado es muy elevado, representando en ese mismo año un 5,72% del PIB, con 163.526 trabajadores y una facturación de 60.122 millones de euros.
España posee empresas tractoras potentes que están apostando de manera firme por la integración de la biotecnología industrial y el desarrollo de biorrefinerías y cuenta con un tejido de industrias biotecnológicas florecientes que desarrollan tecnologías de aplicación industrial. En concreto, las empresas líderes del sector bioenergético participan y lideran, proyectos de I+D consorciados para el desarrollo de biorrefinerías y del mercado de bioproductos. Se trata de proyectos de envergadura, financiados por programas nacionales e internacionales de alto calado como CENIT, 6º y 7º Programa Marco (UE) que están generando sinergias tecnológicas y alianzas estratégicas de gran valor para el posicionamiento de España en biotecnología industrial. Por otro lado, empresas bioenergéticas del grupo Abengoa y Acciona poseen plantas de alta capacidad para el procesamiento de biomasa diversificada en España.
En el caso andaluz, las biotecnológicas son un actor clave en la cadena de valor de la trasferencia de tecnología y conocimiento Universidad – Empresa. Siendo empresas de base tecnológica e intensivas en conocimiento, poseen conocimiento propio, patentes y plataformas de biotecnología industrial y comparten el reto que supone la demostración tecnológica del escalado en plantas piloto. Es un sector emergente que ha multiplicado por cuatro su dimensión desde 2009, siendo actualmente más de 158 empresas, de las cuales una proporción considerable cuenta con conocimiento propio y tecnologías aplicables en bioprocesos y biotecnología industrial. Destacan entre ellas:
- Abengoa Bioenergía: se dedica a la producción de bioetanol de 1ª y 2ª generación, posee tecnologías para la conversión de biomasa en azúcares fermentables y para la fermentación y recuperación de bioetanol de 2ª generación y otros biocompuestos.
- Neol Biosolutions: spin-out formada a partir de una segregación de la división bioindustrial de NeuronBio (empresa biotecnológica granadina), de la cual Repsol ha adquirido recientemente el 50%, aborda el escalado industrial de los procesos de obtención de biocombustibles avanzados previamente desarrollados por NeuronBio y cuenta con una planta piloto para su demostración.
Fortalezas y debilidades para España y Andalucía
En el ámbito de la micro-nanoelectrónica, fotónica, nanotecnologías y nanomateriales, las principales fortalezas y debilidades en España y en Andalucía son las siguientes:
Fortalezas:
- Existencia de algunos centros de referencia en cuanto a la investigación y desarrollo de tecnologías.
- Importante capacidad industrial en los principales sectores de aplicación.
- Tejido industrial basado en EBT de alta especialización y alta capacidad científica.
Debilidades:
- Existencia de un mayor gap entre el desarrollo de tecnología y la industria que en otros países europeos.
- Baja presencia y capacidad industrial, salvo en el ámbito de la fotónica donde la capacidad industrial es baja - media.
- Falta de programas de apoyo financiero a cadenas de producción piloto y proyectos de demostración.
- Reducción de los apoyos en materia de I+D+i y de forma más relevante, escasa aportación de capital - riesgo a empresas del sector.
- Falta de formación específica aplicada en materias relacionadas.
En cuanto a la biotecnología industrial cuyo entorno de investigación de origen (biología y biotecnología) tiene un desarrollo superior en España que el del resto de tecnologías facilitadoras consideradas, las principales fortalezas y debilidades en España y en Andalucía son las siguientes:
Fortalezas:
- España está relativamente bien posicionada debido fundamentalmente a la actividad de la industria bioenergética.
- Existe un sector químico fuerte y altamente internacionalizado, con una hoja de ruta definida para el desarrollo de biorrefinerías a través de la I+D en biotecnología industrial.
- Existen un gran número de EBT con tecnologías directa o indirectamente relacionadas con la biotecnología industrial.
Debilidades:
- Existen escasos centros tecnológicos de referencia en biotecnología industrial dotados de una aproximación multidisciplinar y de integración tecnológica.
- Existen escasos programas de educación consolidados de primer nivel especializados en biotecnología industrial y tecnologías relacionadas para el desarrollo de biorrefinerías.
- Existe un escaso desarrollo de una estrategia de negocio basada integración de clústeres tecnológicos, inter-sectoriales y trans-nacionales a través de alianzas entre empresas.
Diagnóstico y recomendaciones
La consideración conjunta de estas tecnologías y su colaboración multidisciplinar se plantea sin duda como una oportunidad y, en algunos casos, como una necesidad. Sin embargo, es preciso
tener presente las características diferenciales de cada una de ellas, que requerirán consideraciones específicas y singulares.
Merced a su naturaleza transversal y a su importancia sistémica para las industrias, las TFE se
incorporan en muchas cadenas de valor y sectores industriales diferentes de manera heterogénea. Crean valor a lo largo de toda la cadena, desde los materiales, pasando por los equipos y los dispositivos, hasta llegar a los productos y los servicios. En el documento de trabajo de la CE (2.3), se identifican como principales sectores de aplicación: automoción, alimentación, química, electrónica, textiles, energía, medio ambiente, farmacia, construcción, industria aeroespacial y telecomunicaciones.
En cuanto a la micro-nanoelectrónica se refiere, a nivel europeo existen estudios que calculan que esta industria posibilita el 10% del PIB de la Unión Europea y que ésta supone el 13% del mercado mundial de semiconductores.
En Europa, existen empresas líderes en los sectores de mayor consumo de semiconductores como son la automoción, la industria manufacturera, la seguridad, la energía y las comunicaciones inalámbricas. Además, existe un amplio consenso sobre que tanto la investigación y el diseño (aspectos ya presentes), como también la fabricación de semiconductores deben estar presentes en Europa si se quiere tener una economía sana y competitiva, ya que una economía basada en el conocimiento como aspira a ser la europea no puede subsistir sólo en función del desarrollo de servicios y por ello debe tener capacidades de fabricación.
Por otro lado, las políticas de promoción de pymes como generadoras de empleo de calidad encajan perfectamente con este sector, caracterizado por una industria de tamaño medio y empleo de alta cualificación profesional.
Si bien España no cuenta en este momento con una fuerte industria de micro-nanoelectrónica, sí que cuenta con una fuerte industria de fabricación en todos los sectores indicados anteriormente que son los principales receptores de todos los avances técnicos. Si se implanta una política de marketpull en la que la demanda de los productos y servicios defina el desarrollo científico e industrial, se contaría con una oportunidad para reforzar, generar y/o implantar una masa crítica de industria de micro-nanoelectrónica.
En cuanto a la fotónica, según el informe del High Level Group on Key Enabling Technologies de la European Commission (2.7), la cuota de mercado europea era del 20% en 2008 (unos 55 billones de euros), con un crecimiento anual del 10%. En la actualidad, la industria de la fotónica la forman unas 5000 empresas en su mayoría pymes que emplean unas 290.000 personas siendo los subsectores más relevantes; iluminación, generación de energía solar, tecnologías de producción, tecnologías médicas, defensa y componentes y sistemas ópticos. Entre estos, las principales fortalezas europeas se encuentran en la generación de energía solar, las tecnologías láseres industriales, las TIC, biofotónica e iluminación.
La fotónica es una de las tecnologías de base necesarias para solventar las necesidades de la industria de fabricación y resulta clave en sectores como las ciencias de la vida, telecomunicaciones, energía, aeroespacio y defensa, electrónica de consumo, automoción, automatización industrial o la inspección, mediante el desarrollo de productos como, microscopios, láseres (médicos, de medida, etc.), células fotovoltaicas, lámparas LED, sistemas holográficos, cables de fibra óptica, cámaras digitales, escáneres, pantallas LED/OLED, interferómetros, reproductores de CD/DVD y otros productos de amplio uso.
España cuenta con una cierta capacidad tanto a nivel de centros de investigación como de empresas, pero además también cuenta con una industria que se beneficia de los avances e innovaciones del sector de la fotónica. Por ello es un área de interés para nuestro país.
En relación a nanotecnología y los nanomateriales, no puede hablarse actualmente de una industria sino más bien de un área de negocio en definición, que mayoritariamente trata de pasar de tecnologías validadas a escala laboratorio a la concreción de una cadena de valor clara, y unas aplicaciones seguras y beneficiosas para diferentes sectores industriales. A pesar de resultar un sector de actividad difuso, se barajan estimaciones que apuntan a que en 2015, en Europa, podrían existir más de 400.000 empleos directos relacionados con nanotecnologías. Actualmente, nuestro país cuenta con un escaso número de empresas o entidades con actividad de investigación en este campo.
La biotecnología industrial es capaz de generar bioproductos industriales (biocombustibles, sustancias químicas y biomateriales de alto valor añadido) a partir de biomasa. La tendencia emergente es la aplicación de biotecnologías para extraer intermediarios bioquímicos a partir de biomasa, en lugar de a partir de combustibles fósiles, para obtener compuestos de alto valor añadido que pueden ser fármacos, compuestos de química fina, detergentes, productos de limpieza, polímeros, agroquímicos, etc. El éxito del mercado de bioproductos requiere la instauración de un nuevo modelo de industria denominado biorrefinería (2.10), industrias capaces de actuar como un prisma que fracciona y transforma la biomasa de entrada en multitud de bioproductos de salida. Esta nueva bioindustria basada en biorrefinerías puede valorarse en el orden de billones de euros (2.12) a consecuencia de la fabricación de importantes productos químicos muy demandados por el mercado.
Por todo lo anterior, es evidente que Europa y España no pueden dejar de lado estas tecnologías y deben favorecerlas con el fin de generar masa crítica de conocimientos, empresas y capacidades de fabricación asociadas.
Frente a esta situación de las TFE, existen una serie de obstáculos a considerar como:
- Desarrollo de mercado, la principal base de clientes para mercados emergentes no es significativa en Europa.
- No existen prioridades europeas para iniciativas de marketpull y faltan iniciativas para implementar y usar de forma eficaz el importante tamaño del mercado europeo en favor de las empresas europeas.
- Falta de claridad en una política de I+D (apoyo a actividades de fabricación, innovación por demanda del mercado, formación, etc.) coherente y a nivel europeo para las industrias
de fabricación. - Bajo apoyo fiscal efectivo y escaso acceso a financiación privada.