Informe
Conclusiones del informe
Para que Andalucía sea más competitiva y consiga aumentar los retornos de financiación europea hasta 2020, es fundamental establecer una estrategia empresarial, científica y política orientada hacia las líneas prioritarias definidas por la CE. Además, es imprescindible que la estrategia regional esté orientada a los diferentes programas europeos: Política Industrial, Horizonte 2020, RIS3, etc. Asimismo, es imposible abordar una estrategia de posicionamiento competitivo si no se tiene una presencia activa en las principales redes europeas (PPP, PT, KIC…).
Precisamente con el fin de ayudar a conseguir el mejor posicionamiento posible de Andalucía, el presente informe ha analizado la situación y oportunidades de la región frente a las seis líneas estratégicas de la Política Industrial europea, establecidas por la Comisión Europea (CE) .
En los próximos años, habrá en Europa una importante demanda de empleo cualificado relacionado con esas seis líneas prioritarias de la Política Industrial europea, por lo que sería interesante enfocar la planificación de la formación, la creación de spin-offs, etc., hacia estas prioridades, especialmente como oportunidad de empleabilidad para los jóvenes.
De la Comunicación de la CE sobre Política Industrial y del resto de políticas europeas, se desprende claramente que la financiación comunitaria futura se plantea sobre las claves de cofinanciación empresarial y crédito, algo que las empresas deben tener en cuenta a la hora de planificar sus proyectos, así como la creación de redes público-privadas (PPP).
Respecto a las universidades andaluzas, es destacable el notable esfuerzo que en los últimos años están realizando para alinear más su capacidad investigadora a las necesidades del mercado y por impulsar la transferencia de conocimiento, como demuestra, por ejemplo, el hecho de que todas las universidades andaluzas están desarrollando sus propios programas de emprendimiento. Es de esperar que los resultados comiencen a verse en los próximos años.
A pesar de ello, el estudio realizado refleja la descompensación que existe aún en Andalucía entre la producción de publicaciones de impacto y otros indicadores más cercanos al mercado, como patentes o spin-offs. Además, señala que la producción científica andaluza en los últimos años no tiene un peso significativo en las prioridades europeas propuestas en materia industrial, salvo algunas excepciones, como en biotecnología industrial, robótica y automatización industrial, energías renovables, materias primas y reciclaje de residuos o combustibles alternativos, por ejemplo. Las universidades andaluzas tienen una consolidada trayectoria y un alto potencial científico en otras áreas como la agroalimentaria y el sector salud, que son objeto de otras políticas europeas, como la Política Agraria Común, y por ello no se abordan en el presente estudio.
Desde un punto de vista agregado, la situación actual del desarrollo empresarial y la producción científica de Andalucía respecto a cada una de las 6 líneas prioritarias de la Política Industrial europea es bien distinta. La situación y el potencial de Andalucía se podrían resumir agrupando las 6 líneas en tres grupos:
- Sectores de alto potencial (la situación empresarial y científica tienen un alto nivel competitivo a nivel nacional y europeo):
- Bioproductos (línea 3): la estructura productiva andaluza (sector agrícola y forestal), la situación empresarial en el ámbito biotecnológico (empresas tractoras, pymes) y la producción científica invitan a pensar que se trata de una oportunidad real de liderazgo.
- Redes inteligentes (línea 6): Andalucía cuenta con importantes proyectos piloto en ejecución. Además, la región es un referente en generación eléctrica renovable y podría ser una zona de acceso a África y Latinoamérica en el futuro de las redes eléctricas. Desde un punto de vista científico-tecnológico, si bien cuantitativamente no es elevado, sí es cierto que se trata de conocimiento con gran reconocimiento exterior.
- Sectores de oportunidad (la posición competitiva no es alta, pero tienen especial importancia para el futuro de la región):
- Construcción sostenible (línea 4): aunque, desde un punto de vista tecnológico y de ubicación de las grandes empresas del sector, Andalucía no puede considerarse puntera, la importancia histórica del sector en cuanto a empleo y la capacidad científica disponible son elementos suficientemente importantes como para acometer una sólida estrategia.
- Transporte limpio (línea 5): la CE centra esta línea en el transporte por carretera y el sector de la automoción. La posición de Andalucía no es significativa en estas áreas, pero si se consigue ampliar la estrategia incorporando de forma consistente al transporte aeronáutico y ferroviario, podría ser una oportunidad real e importante para la región.
- Sectores de bajo potencial (Andalucía no tiene una posición competitiva ni son clave para el futuro de la región, por lo que habría que estudiar fórmulas para dotarla de capacidades integrándose en otras redes nacionales y/o europeas y generando líneas de investigación específicas, entre otras medidas):
- Tecnologías limpias (línea 1): ni tecnológicamente, ni por masa crítica empresarial, ni por indicadores científicos podemos considerar a Andalucía como referente. Sin embargo, es posible aprovechar el efecto tractor de otros sectores, como el aeronáutico, para solventar estas debilidades en el futuro.
- Tecnologías facilitadoras (línea 2): España no cuenta en este momento con una fuerte industria en el desarrollo de las TFE, aunque sí hay una industria usuaria de las mismas. Andalucía no puede considerarse una región con capacidad de liderazgo industrial o científico en el ámbito.
A modo de resumen gráfico, la siguiente tabla muestra en un simple golpe de vista las principales conclusiones del presente informe: la situación del tejido empresarial de España y Andalucía y la capacidad científica andaluza frente a cada una de las seis líneas prioritarias de la Política Industrial europea. Las flechas hacia arriba indican alto potencial; las flechas laterales que se trata de un sector de oportunidad; y las flechas hacia abajo, bajo potencial.
Por último, es importante señalar que la Política Industrial de la CE no aborda tres de los pilares económicos de Andalucía, como son los sectores agroalimentario, turístico y salud. El primero de ellos porque es objeto de una política europea específica (Política Agrícola Común) y los dos últimos porque no son considerados, en general, como sectores industriales, sino como consumidores finales de varios sectores industriales. Habría que establecer una estrategia paralela para estos sectores, dada su importancia en el PIB y el empleo andaluz, intentando integrar proyectos y empresas de los sectores agroalimentario, turístico y salud en algunas de las seis líneas prioritarias en materia industrial señaladas por la CE. En los próximos años, se podrían generar así muchas oportunidades de financiación y posicionamiento en redes europeas.